Por fin habíamos llegado, el monitor estaba explicando una vez más las normas mientras iba distribuyendo los chalecos salvavidas y los cascos , un cartel prohibía subir a las balsas sin las medidas adecuadas, en las balsas solo cabían, cuatro personas, además de un monitor, me senté y comencé a remar. A medida que nos acercábamos al borde de la cascada de la cascada, el pánico me invadió sabía que no pasaría nada que íbamos a pasar un rato muy divertido, pero eso no contribuía a que me tranquilizara, mi valentía debía de estar de vacaciones, de repente cuando estábamos a puntos de comenzar el descenso noté como todos mis miedos se iban desvaneciendo, la balsa se precipitó sobre la cascada y...¡Zas! Al llegar al fondo recibimos un buen baño de espumas.
Ar de rojo Er de azul Ir de verde
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